domingo, 4 de agosto de 2013

Juan Carlos Coronel "San Nicolás" San Nicolás

    San Nicolás

   Una vez finalizado, el aluvión de besos, abrazos, y lagrimas, nos dirigimos al estacionamiento, subimos en los autos, y
nos dispusimos a salir del marasmo del trafico bonaerense. Fede y yo, rápidamente iniciamos conversación, primero so-bre futbol, Fede, continua siendo rossonero convicto y confeso, después entramos en las procelosas aguas de la política
- Mira Carlos, o somos el propio pueblo el que saca a esta manga de chorros que nos cayo, o esto va a seguir igual.
-¿ que propones ? una nueva toma de la Bastilla ?
- No hay que llegar a tanto, acá en Octubre, abstención total, a ver que cara se le queda a la reina.
-Es una utopía, tiene miles de partidarios.
-Cierto, ya vas a ver el 9 de Julio, la farra que preparo el intendente, grupos folklóricos, baile con orquesta en el parque Mitre, y la alocución de la señora desde Tucumán. vas a ver que discurso chico. Y allá-, que tal les va con Marianito.
- Recorte tras recorte, sanidad educación servicios, todo, agarro la tijera y !zas! todo lo que se había logrado, se lo esta
llevando al carajo.
-¿ y los sindicatos, la oposición ?
- Unos meapilas, los sindicalistas liberados cobran pero no trabajan, Rubalcaba esta gastado, y Cayo Lara predica en el desierto.
   En ese instante, se alzo la voz de mi hermana, !ya vale los dos ! Hablemos de algo más interesante ¿ no ? me tenes repodrida ya con
la política.
- Propón tu bellísima
- Que tal os va Ana, que tal se porta el calavera de mi hermano
- Bien soy muy feliz con él, tenemos idea de casarnos.
-Carlo no sabes en que te metes,
- ¿ te va mal a ti?
- En absoluto, si no fuera porque llevo sin ver un partido completo un año sería maravilloso
-y cuando no es el futbol es el boxeo , y si no el tenis, ! que calvario !
   Y así hablando, me encontré en la calle Olleros, tomamos por Francia, a desembocar a canónigo Sáenz. Detuvimos el auto frente a la verja pintada de negro, y un enorme Mastín salió a recibirnos.
- se llama Rocky
- Es enorme- dijo Ana-
- No te apures, no te hace nada, lo tengo para que cuide la casa, cuando salimos, últimamente hay bastante inseguridad.
Con la alegría de estar sobre la tierra que me vio crecer, me dispuse,junto con Ana a colocar la ropa en el ropero.


CONTINUARÁ



 

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