‘Escrache’, palabra del año para la Fundéu.
Es la primera vez que la organización dedicada a resolver
dudas sobre el idioma designa un vocablo como el más destacado
EFE, Madrid, 30 de diciembre.
"Escrache", un término que alude a las
manifestaciones convocadas frente a los domicilios de políticos y otros
personajes públicos, es la palabra del año 2013 para la Fundación del Español
Urgente.
Por primera vez en sus ocho años de vida, la Fundéu BBVA ha
elegido su palabra del año de entre las muchas sobre las que se ha pronunciado,
ya sea en sus recomendaciones diarias, ya en las respuestas a las consultas
recibidas durante los últimos 12 meses.
"Buscábamos una palabra que tuviera cierto interés
desde el punto de vista lingüístico, bien por su origen o por cómo está
formada, y que haya estado en el primer plano de la actualidad en los últimos
meses", explica el director general de la Fundéu BBVA, Joaquín Muller.
"Escrache' reúne cualidades en los dos aspectos: es
una palabra con un origen no del todo cierto, pero muy interesante, que ha
llegado al español de España desde el de Argentina y Uruguay, y que se
convirtió en protagonista de la actualidad y en el centro de una polémica en la
que se cruzaban los elementos lingüísticos y los políticos", aclara
Muller.
"Conviene destacar también el valor que tiene el
viaje transatlántico de esta palabra. Un hecho lingüístico que cada día se
produce con mayor frecuencia y rapidez y que resulta un elemento enriquecedor
del español, sumando aportaciones propias de la lengua de una comunidad al
resto de comunidades de habla hispana", añade.
El Diccionario de la Real Academia Española no incluye
ese término, pero sí el verbo "escrachar" como una expresión
coloquial propia del español rioplatense con dos significados: 'romper,
destruir o aplastar' y 'fotografiar a una persona'.
El "Diccionario de americanismos", de la
Asociación de Academias de la Lengua Española, añade que en esos países
"escrachar" significa también 'dejar en evidencia a alguien'.
Y para el sustantivo "escrache" aporta la
definición que ha popularizado el término fuera de su ámbito original:
'manifestación popular de denuncia contra una persona pública a la que se acusa
de haber cometido delitos graves o actos de corrupción y que en general se
realizan frente a su domicilio o en algún otro lugar público al que deba
concurrir la persona denunciada'.
Con ese sentido y en el contexto de la investigación de
los crímenes de sus dictaduras, empezó a emplearse con frecuencia en los medios
de comunicación argentinos y uruguayos en los años 90.
En España la palabra se populariza durante las protestas
organizadas en los primeros meses de 2013 por la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca (PAH).
Muy pronto, a la polémica generada por ese tipo de
acciones, que llevó incluso a reformas legales para regular estas
manifestaciones, se sumó otra sobre el propio uso del término, que para algunos
representantes políticos no era más que un eufemismo para lo que consideraban
un "acoso con métodos violentos".
La polémica llegó incluso al seno de la Policía cuando un
sindicato denunció que se había pedido a los agentes que no empleasen la
palabra "escrache" en sus comunicaciones y diligencias, aunque luego
el Ministerio del Interior aclaró que había instado a no usarla porque no se
adapta a la terminología de la legislación actual.
Respecto al origen del término, hay varias teorías. Unas
lo sitúan en el italiano "schiacciare" ('aplastar, astillar,
machacar') o en el genovés "scraccâ" ('escupir'), términos que
habrían llegado al español a través del lunfardo, una jerga originalmente
empleada por las clases más bajas de Buenos Aires, muchos de cuyos integrantes
provenían de Italia.
Para otros existe una conexión clara con el inglés
"to scrach" ('arañar, rasguñar, marcar'). De hecho en el español de
los Estados Unidos se usa "escrache" como 'arañazo o rasguño', como
recoge el "Diccionario de americanismos".
Esa combinación de factores lingüísticos y de actualidad
es, explica Muller, la que justifica que "esrache" sea la palabra del
año para la Fundéu BBVA; una fundación constituida por la Agencia EFE y el
BBVA, que trabaja asesorada por la Real Academia Española y que tiene como
principal objetivo velar por el bueno uso del idioma en los medios de
comunicación.
Los filólogos y periodistas que trabajan en esta
organización hicieron una primera selección de doce términos entre los que,
además de la finalmente elegida, figuraban varios vocablos relacionados de
algún modo con la situación económica, como "copago",
"emprender", "ere" -la forma lexicalizada de la sigla ERE-,
"quita" y "austericidio".
El mundo de internet y las redes sociales estaban
presentes con voces como "meme", "autofoto" y
"wasapear". La docena de palabras aspirantes se completaba con un
término del mundo de la ciencia ("bosón"), otro del deporte
("cholismo") y, por último, con la forma "expapa", una
palabra que en más de dos mil años de historia de la Iglesia no había habido
apenas ocasión de emplear, pero que saltó a las páginas de los medios con
ocasión de la renuncia de Benedicto XVI.
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