Juan Carlos Coronel "Mi amante amiga"

Mi amante amiga

Un caluroso 10 de Julio , celebrábamos animadamente mi 42 cumpleaños, el fuerte calor de aquel día nos había echado a una
terraza del retiro, allí sentada en la mesa que cojeaba ostensiblemente, charlábamos de nuestras correrías de jóvenes, Fernando
como casi siempre, conto mi magistral parada de un penalti en la casa de campo, que termino con mi cara rebozada en un char-
co. Todos reímos y tus ojitos de color purísima hacían chispitas.
Unos días más tarde sonó el móvil, “ Juan soy Ana “ comenzamos a charlar, quedamos para ir al rastro al domingo siguiente, y así
pasaron tres meses. Yo tenía aun fresca la ruptura con Lili, no me animaba a enamorarme de nuevo, pero supiste llevarme a tu
terreno y comenzamos a salir, primero como amigos y poco a poco te fuiste metiendo en mi corazón.
Tomamos la determinación de vivir juntos a finales de 2007. Nunca tuviste el menor problema en aceptar mi discapacidad, al
contrario, “Juan tu no eres discapacitado lo único que eres es un garañón, que hace las cosas a lo loco” años después continuas
el mismo cante.
En 2008 nos liamos la manta a la cabeza, yo quería que conocieses a mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos, ahorramos el dinero
necesario para ir a visitarlos. En septiembre esta terminando el invierno en Argentina Pero todavía hace fresco, y llueve, si bajo una
lluvia fina, calabobos, aterrizamos en Ezeiza, tras el pesado tramite de las maletas y los sellados tomamos un taxi. Durante una semana
recorrimos todo Buenos Aires Plaza Mayo, Obelisco, Palacio de las aguas, Casa Rosada. Tus ojos de color purísima
se empapaban de todo aquello, era como si quisieras tomar mi niñez en tu regazo.
Una tarde entramos en “las violetas “ pedimos dos merengadas y sucedió “Juanca que haces acá, mirá él es Oscar mi compañero, un ti-
po alto y más feo que Picio me alargo la mano, “ vos sos el ex de Lili, Como te llamas “ yo sin cortarme le respondí puede usted llamarme Carlos igual que Monzón .Tu muy señora te pusiste a hablar con mi ex tranquila, dominando la situación, y yo con el boludo
aquel y dale con el tuteo. Nos despedimos y ya en la calle me besaste como lo hiciste la primera noche que te ame.
FIN