miércoles, 29 de mayo de 2013

Juan Carlos Coronel "Una noche de verano"

     UNA NOCHE DE VERANO


    Sentados en el salón, tomábamos unos bocadillos, era pronto, habíamos quedado hora y media antes, del acontecimiento, los seis
nos lucíamos camisetas rojas, una bandera española, colgaba del balcón. La conversación, como no, giraba entorno al prtido
que íbamos a presenciar en pocos minutos.

   Sobre las ocho de la tarde, conectamos el televisor, presenciamos la salida de los dos equipos al estadio, el larguísimo protocolo, pre
taciones, el traslado de la copa hacia una de las bandas, la salida de los equipos, todo muy largo, estábamos
deseando, que aquello se iniciase de una vez, faltaban los himnos, abrazados los seis amigos, con la mirada fija en el techo, escuchamos la marcha real.

   Yo tenía la experiencia del 78, precisamente ante los Orange, fue algo único, un país paralizado, pendiente de los televisores, banderas celestes y blancas poblaban ventanas y balcones, aquello lo viví como lo que yo me sentía un argentino más, las atajadas del “Pato Fillol “ el buen hacer de Pasarella, la maravillosa batuta de Gallego, y como no, Kempes “el matador “. La historia había querido,
que años después sucediese lo mismo en mi tierra de origen.

Ana, sentada a mi derecha, sostenía entre sus manos una minúscula medallita, cada vez que los Holandeses, se acercaban a nuestro área, la besaba una y otra vez, pronto entendimos como iba a desarrollarse el encuentro, España se hizo dueña de la pelota, y Holanda agazapada, repartiendo a diestro y siniestro, esperando su oportunidad.

Cada falta holandesa, era recibida con una lluvia de insultos irreproducibles, yo por añadidura, los soltaba en castellano y argentino,e-
desesperante, el aluvión de patadas holandesas, uno tras otro, eran golpeados los nuestros, Iniesta Xavi,eran como piezas de caza, el colmo de aquel despropósito, fue una patada de De Jong a Xavi Alonso, saltamos al unísono,los seis,reclamando la expulsión de aquel bárbaro. Hasta la mesurada Conchi, salto de su silla recordándole aal holandés, que su madre ejerció el oficio más antiguo. Puta.


Quedaba poco tiempo, un fallo en un pase propició una veloz carrera de Roben, todos estábamos con el corazón encogido, pero el pie de San Iker nos salvo de la debacle. Parecía irremediable el llegar a los lanzamientos de penalti, podía ser de infarto, en el minuto 116
España arma una jugada al borde del área naranja, la pelota le llega al de Fuentealbilla, que dispara a portería

!GOOOOOOOOL GOOOOL! se escucho en todo el vecindario, la locura, las botellas de cava se abrían una tras otra, abrazos, besos, y más de una lagrima, le pusieron broche a aquella inovidablenoche de verano.


FIN
 

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