viernes, 9 de noviembre de 2012

Juan Carlos Coronel "Una máquina muy especial"

Una máquina muy especial

Se acercaba la Navidad, ese tiempo de alegrías, y buen humor, mi padre persona alegre y locuaz, fumaba un cigarrillo a la puerta
de la carpintería en la cual trabajaba. El calor apretaba de firme, y la humedad del rio Paraná lo hacía aun más intenso. Roberto
“el flaco “ caminaba a paso lento por el lado de la vereda más protegido del sol.
- Flaquito ven, tengo que pedirte un favor, Roberto buen amigo y mejor persona se acercó de inmediato
-¿ Que puedo hacer por usted ?
-Acercarte al negocio de Bonnera y pídele de mi parte la maquina de cuadrar madera. El flaco salió de inmediato a cumplir el manda-
do, a los pocos minutos regreso
-Me dijo el señor Bonnera que la maquina se la presto ayer a D. Hector, el de los fierros
- Ándate de Hector  dile que la necesito. Roberto inició el camino hacia el negocio de D Hector, a los 15 minutos le vimos venir empu-
jando un carrito cargado con un gran armatoste de fierro el flaco que transpiraba copiosamente se detuvo ante la carpintería
_ D Mariano acá esta la maquina esa, mi padre salió de nuevo riendo abiertamente
- Flaquito eres un pibe bárbaro pero tienes que avivar la maquina de cuadrar madera no existe todo fue una broma
- D Mariano de nuevo me gano la mano ¿ como lo hace ? dijo el flaco mirando el carrito cargado con aquel instrumento
- Sabiendo que eres tan buen chico como ingenuo Roberto ya te dije tienes que avivar
-Y cuando empezare a avivar
- Con los años flaquito.le dijo mi padre al mismo tiempo que le ofrecía un alfajor
Roberto vino a buscarme me conto la broma y los dos compartimos risas. Conservamos una gran amistad que la distancia nunca hará
que disminuya, al contrario aumenta cada vez que nos encontramos. El flaco hincho panza y hoy tiene un buen negocio de tejidos.
Avivo
FIN

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