viernes, 4 de enero de 2013

La ultracorrección


LA ULTRACORRECCIÓN

La ultracorrección o sobrecorrección es el fenómeno lingüístico que ocurre cuando, por deseo de adoptar un estilo culto o prestigioso, se deforma una palabra o construcción correcta por creer equivocadamente que es incorrecta.

Paradójicamente, tales ultracorrecciones son, desde el punto de vista normativo, incorrecciones. Dichas ultracorrecciones pueden ser tanto de pronunciación u ortográficas como gramaticales o semánticas.


sumario
 1 Ultracorrecciones gramaticales
 2 Ultracorrecciones morfológicas
 3 Ultracorrecciones ortográficas
 4 Ultracorrecciones semánticas
 5 Ultracorrecciones fonéticas

 Ultracorrecciones gramaticales

Un cambio en la estructura gramatical de una frase por influencia de otra estructura percibida como "más culta". Es por ejemplo el caso del dequeísmo[1], consistente en añadir la preposición "de" en expresiones donde es absolutamente innecesaria "creo de que vino" por "creo que vino" (se cree "algo", no "de algo") o "me dijo de que viniera" por "me dijo que viniera". Es una ultracorrección porque no corresponde con ninguna variante espontánea de la lengua.

Es asimismo incorrecta la ultracorrección conocida como queísmo[2], que se produce al intentar evitar el dequeísmo. Consiste en eliminar la preposición "de" en expresiones donde la mayoría de los hablantes la considera obligatoria: *"estoy seguro que vino" en vez de "estoy seguro DE que vino", donde se omite la preposición necesaria en la expresión estar seguro de.

Otra ultracorrección morfológica sería la eliminación de los artículos contractos al y del y sustituirlos por *a el o *de el, así como la expresión *a la alza (copiada de "a la baja", sin tener en cuenta que, aunque femenina, la palabra 'alza' comienza con a tónica, como 'agua' o 'arma').

 Ultracorrecciones morfológicas

Consisten en un cambio en la forma de las palabras por una creencia errónea sobre su origen o funcionamiento:
 la palabra 'analfabeto' es un adjetivo/sustantivo normal, proveniente del griego, y se declina como cualquier otro adjetivo o sustantivo: un analfabeto, una mujer analfabeta. Mantenerla en la forma terminada en -a/-as (por analogía con otras palabras de origen griego como 'astronauta' o 'jerarca') es una incorrección.
 la mayoría de las palabras de origen extranjero tienen un plural español regular: seguir las formas extranjeras de plural es a menudo incorrecto: yogur>*yogurs (con un plural inglés) en vez del correcto yogures (como albur>albures; la palabra es de origen turco, con plural yogurtlar).

 Ultracorrecciones ortográficas

Consisten en el uso de grafías supuestamente legítimas pero alejadas del uso correcto: *thé en vez de té o *bisteck en vez de bistec por influencia de las grafías extranjeras 'th' y '-ck' (en francés es thé y en inglés beefsteak).

Entre estas destacan las sustituciones de c por cc o sc, como por ejemplo, *edicción, *inflacción, *deflacción o *descidir en lugar de las correctas edición, inflación, deflación y decidir.

 Ultracorrecciones semánticas

Se producen al utilizar una palabra supuestamente más culta (pero incorrecta) en lugar de la más común y correcta, por ejemplo, *no te escucho nada en vez de no te oigo, utilizando el verbo escuchar sin respetar su significado de 'oír voluntariamente'. Otro ejemplo muy difundido en español de España es el uso de género por sexo, como en la expresión "literatura de género" o "violencia de género", originalmente en español el género se refiere a un concepto gramatical o una clase abstracta de elementos no a las diferencias de sexo en los seres humanos.

Un fenómeno similar es el uso de ultracorreciones léxicas consistentes en el uso de una palabra de significado similar pero forma diferente. En esto es común usar palabras más largas: influenciar por influir (presumiblemente 'influenciar' tiene el matiz de 'influir deliberadamente'), ejercitar por ejercer (e.g. *ejercitar el derecho al voto en lugar de ejercer el derecho al voto).

Las ultracorreciones semánticas son de hecho una forma importante de cambio lingüístico en el nivel semántico.

 Ultracorrecciones fonéticas

Son aquellas pronunciaciones supuestamente más sofisticadas o correctas que son en verdad falsas. Por ejemplo, comida, soldado, cansado conviven con vulgarismos en los que se pierde la -d-: comía, soldao, cansao. Esto influye para que se diga *Bilbado, *Silado y *bacalado en lugar de las correctas Bilbao, Silao o bacalao. De esta última ultracorrección proviene el femenino bacalada, y de una ultracorrección semejante proviene el nombre actual Mallorca (confusión y corrección de -ll- por -y-) en vez del ant. Mayorca < Majorica. Otras ultracorrecciones provienen de supuestas pronunciaciones extranjeras (CD-ROM pronunciado 'sidirrum', Reebok pronunciado como 'ribuc', Nike pronunciado como 'naic', etc.).

La ultracorrección fonética más común del español actual es quizás la pronunciación afectada de la letra 'v' como el fonema labiodental sonoro [v], que no existe naturalmente en ningún dialecto del español (como no existía en latín, donde la letra 'v' se pronunciaba [w]).



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