lunes, 28 de enero de 2013

Maricarmen Colodrero "Residuos del glorioso ayer"

Residuos del glorioso ayer
En el fregadero estaban amontonados sartenes y cacerolas del día anterior.
Era esa hora de la mañana en que aún no han comenzado los primeros ruidos del patio. Precisamente  de allí , a través de una ventana estrecha procedía la iluminación, que como una vestidura flotante, se había instalado sobre la tosca mesa de madera donde dormían dos vasos.
Un poco más y se habrían tocado, pero no: Una fina capa de moléculas de aire los separaba.
Uno de ellos contenía algo de un líquido amarillento, el otro mostraba en su borde unas señales rosadas. Aunque estaban sucios desprendían, con la luz escasa, satinados fulgores opalescentes que les convertían en objetos bellos.
Luz, aire y cristal parecían envueltos en la vibración de un diálogo mudo.
…………………
Los múltiples cristales tallados de las lámparas expandían por todo el salón la intensa claridad que acá o allá chocaba con los bordes transparentes de las copas o con la superficie curva de las fuentes de plata.
Sedas,gasas, escotes y brazos desnudos contrastaban con los elegantes ternos de alpaca de los eminentes varones. El destello de las joyas se confundía con el relumbre de las estilizadas copas.
En el extremo de una gran mesa, servida por varios criados , reposaba una bandeja conteniendo venticuatro vasos para agua, limonada u otros líquidos carentes de alcohol. Habían sido adquiridos en París, y, siendo sencillos, tenían un diseño elegante y funcional.
Todos mostraban  sin exhibiciones luminosas una pura limpidez .
…………
La tarde empezaba a declinar. Pablo y Virginia regresaban de sus trabajos.
La luz eléctrica borró la sutileza de los finos cristales y resaltó el desorden y la suciedad de la cocina.
-Nos espera una buena hasta que podamos hacer la cena – comentó virginia.
- Yo voy a fregar todo eso mientras tu barres  - se ofreció Pablo.
- Cuando vayas a fregar esos dos vasos, avísame – respondió ella.
- Ja , ja. No te enfades cariño, esos son los vestigios de tu encumbrada familia.
- Si. Ja, ja. Tres generaciones de grandes políticos, eminentes médicos y ricos empresarios.
Por eso tengo tanto cariño a estos dos vasos de refresco. Me traen el rumor de las conversaciones de la élite de hace un siglo –respondió Virginia-  Lo cual no impide que yo me codee todos los días con posibles compradores de móviles.
-No me digas ahora que cualquier tiempo pasado fue mejor… -dijo Pablo.
-- A mi todo aquello me da igual. Soy feliz a tu lado, deberías preguntarle a esos dos –dijo Virginia señalando el par de vasos aún sucios..
FIN

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