martes, 22 de enero de 2013

Maricarmen Colodrero "Declaraciones"

Declaraciones
Hace un año de aquel día.
Cuando me miré en el espejo y tomé la decisión mi estado de ánimo era muy distinto del de hoy.
Las consecuencias se presentaron con rapidez. Sin duda en su personalidad hay algo que nunca sospeché.
Nuestras citas se convirtieron para mi en terreno peligroso aunque era feliz. Llegué a tener la sensación de que él me estaba haciendo perder el tiempo. Con frecuencia me preguntaba si sólo me consideraba una amiga. Devajo de aquella sonrisa sincera no había ni pizca del deseo de agradar, tan sólo ocasionalmente yo descubría en sus ojos chispazos de pasión en los que no era fácil  interpretar que yo fuese la causa.
Cada día que pasaba, ante la ambigüedad de su conducta
Yo me sentía más y más desorientada. Por eso aquella tarde le provoqué hablándole de un compañero de trabajo. Me inventé que me tiraba los tejos con el fin de suscitar alguna reacción que me diese una pista.
Aparentemente no hubo ningún cambio, aunque la verdad esque, pensándolo luego…. Nos fuimos de allí demasiado pronto…. Y la idea fue de él.
Estaba yo esperando para subir al coche, con la mano en la manecilla de la puerta, cuando noté que no estaba al otro lado del automóvil, sino a mi lado. En un momento me sujetó con suavidad por los hombros mientras, en silencio me llevaba contra la pared.
Fue todo demasiado insospechado y rápido para mi, que no podía hablar, aunque , sin duda mi exptresión sería interrogativa.
Aquello no era  el ser tranquilo , comedido y ponderado que yo tenía en la cabeza. Era un volcán, un terremoto, una fuerza de la Naturaleza y , tengo que reconocer que me halagó ser el motivo de su desencadenamiento.
Pero a la vez, me dio mucho miedo, de manera que le dí un buen empujón y una bofetada.
Ahora , si imagino la escena, no se si reír o llorar: Él encaminándose tan tranquilo al coche, y yo recomponiéndome la ropa y el peinado.
Mientras  desde el lado del conductor abría la puerta del acompañante, oí suvozcon el tono de no haber roto un plato.
- ¿Es que no piensas subir?.
-  Quizás en otra ocasión – respondí mientras me encaminaba al ascensor que me devolvería a la planta de salida
Esas han sido las consecuencias de mi decisión equivocada. De eso hace un año.
- ¿Quién puede llamar a esta hora?. Diga, ¿Quién es?.

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